Juntame

De pronto, una explosión.

Tu cabeza se desparramó por todo el cuarto. Cuando entré, ya estaba la pared llena de sangre. "¿Por qué estallaste de esa manera?", te pregunté desde la puerta, algo sorprendida. Levantaste los hombros, no sabías. Entonces comenzó mi trabajo de juntar uno por uno los restos de tu masa encefálica. Te reconocía en cada partícula de tu cabeza.

Fue inusual que tu cabeza estallara, así que al cabo de un rato exploté yo también. Mil pedazos de mí contra la pared. Vos ya estabas entero.