La imposibilidad de ser

Estamos pasando a la siguiente etapa.

Tu respiración se impregna en mí.
Te huelo.
Vos respirás, dormís tan seguro y me abrazás con tanta fuerza que mi cintura es parte de tu brazo. Estás dormido, pero sabés todo lo que está pasando.
Estás enfrente mío y me mirás con los ojos cerrados y desde otro mundo.
Tu piel es suave y de fuego. Afuera hace frío.
No me puedo despegar.

No te imaginás lo que es tu piel.

Parece que todas las noches fueran iguales, porque uno se duerme y se olvida, a veces sueña y chau, otras veces ni siquiera se acuerda. Pero hoy, justo hoy fui testigo de cada minuto que pasaba mientras el sonido era algo ajeno en el cuarto.

La primera alarma del celular y no me dan ganas de levantarme. Afuera hace fío, insisto, y acá estás vos, tan pegado a mí que no me puedo resistir. La segunda alarma irrumpe y todavía es de noche.

Dormido ubicás mi pierna sobre tu cadera. Me atraés hacia vos. Mi pierna también es parte de tu cuerpo.

(La imposibilidad de ser sino a través del cuerpo).