Las habladurías del mundo

“Vení”, le decía sentado en la cama mientras la destapaba y trataba de agarrarla. “Vení, vení”, su voz era nítida y en la penumbra el contorno de su cuerpo era más que una sombra a la 4 de la mañana. Ella dormía y él también, así que se incorporó y viendo que estaba pasando por un trance de sonambulismo, lo abrazó y le dijo que estaba soñando. Le dio dos besos en la espalda y lo acarició hasta que se despertó. Él empezó a reírse y supo que alguna vez tenía que sucederle delante de ella, si es que pasaban tantas noches juntos. Entretanto volvía a la cama. Se tapó, se durmió enseguida, pero lo mismo siguió hablando.