Subo a la superficie a respirar.

gabo me está haciendo daño. Siento q algo se va rompiendo adentro mío. Me solidarizo con él y me parto yo también.
Hoy fue un día de una suma q siempre dio más. Hicimos las fotos para el No en un bar muy lindo y el pájaro invitó con cerveza a la periodista y a los fotógrafos. Tuve una charla interesante con alguien q me dejó pensando y q me impactó solamente con la forma en q me miraba. Después el pájaro me estaba trayendo a casa y le pedí q me cante los almanaques, como cuando era chiquita, y empezó “los almanaques indicaban q el invierno de un día a otro podía pasar a la historia...” y fue rarísimo porq es una canción q me encanta y q nunca me quiere cantar. Así q aproveché y ni lo interrumpí, al contrario, venía cantando con él, por supuesto q su enorme voz tapaba mil veces a la mía aguda. “decía hermosas como si el verano se hubiera dado una vuelta para mostrarnos aunq débilmente lo q pensaba ofrecer...”, seguía cantando el pájaro mientras manejaba. En eso giro la cabeza y el loco venía riendo, cantando y llorando. La verdad es q me morí de emoción yo también. Fue un gran regalo ver esa cara y esa sensibilidad. Antes de bajarme del auto lo abracé y nos miramos cómplices de una felicidad compartida. Él me regaló unas albondiguitas de espinaca q compramos en los chinos y me dejó en el almacén de enfrente de casa porq tenía q comprarme la última cerveza de la noche para compartir conmigo misma. Cuando se fue lo escuché q me cantaba “creo q enloquecí”, me gritó algún piropo por la ventana y se sonrió con esa picardía.

Soy una aurora limpia sobre tanta dicha negra.

Por supuesto tengo insomnio. Ya no me da resultado ni dormir abrazando a la almohada. Ahora voy a volver a intentarlo.

Comentarios