Música de laguna

Casi a la mitad del viaje vinieron las mariposas. Una sola, aleteando amarilla en la panza, sobre el costado izquierdo, el mismo perfil en el que apoyan el aparato de la ecografía. Ahí está. Una mariposa sola. Una especie de calambre hermoso me acarició desde adentro. Algo inédito para quien conoce y escucha su cuerpo. El primer contacto mecánico.


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