Buen viaje

Nunca tuve un mal viaje ni siquiera cuando amanecí en el hospital y todo el mundo estaba enojado. Mi madre se veía hermosa y decenas de soles me saludaban intermitentes en el parabrisas del auto. Sentía que mi padre me hablaba pero simplemente manejaba con la vista en las señales. Le preguntaba "¿qué, papi?" pero él no respondía ni me miraba. El baño de la guardia era enorme y blanco, limpio, antiséptico como ningún otro baño y miles de hormigas caminaban por el hombro de la oficial de policía que me cuidaba. Al día siguiente, cuando fui al colegio, veía todo en 3D. No entré, no podía. Me quedé en el pasto mirando el cielo toda la mañana.      

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