Al Indio Urquiza

una pared separa el ruido
de lo desconocido
de mi confort
puertas cálidas y adentro.
la calle
es la rutina áspera
de los que andan todavía por ahí
pego la oreja a la ventana
y el sonido me ataca como un murciélago
las noches de la duermevela
de los amigos que se van
y cuántos van a llorarlos
la autopista la plata se llovió toda
de poesía latinoamericana
y el folclore acunado a tu poncho
declamando cual mujer doliente
que escribe para no callarse.

Comentarios

CLUB LITERARIO dijo…
Compañero del alma, tan temprano...
Por qué
no habré dicho más "te quieros"
a los amigos, pasajeros.
Por qué
no habré ido a verlos,
o no los habré abrazado más tiempo.
Por qué
dejamos siempre para después
algo tan valedero.
Después, mañana, luego...
La vida nos arrastra lejos.
Sólo la ausencia definitiva
nos despierta del sueño
de creernos soberbiamente eternos.
Mientras tanto
crece la distancia, el vacío, los abismos,
la soledad del "quizás pronto".
¡Pero qué tontos!
Por qué
no acudí más
al silencioso llamado
del amigo aquél, esperanzado,
de encontrarnos
en la cómplice sonrisa
del espectador entrañado.
Por qué
no habré elogiado y elogiado
con mil palabras certeras
su fama y su reconocimiento.
Total, ahora, después, mañana,
o en cualquier momento...
Y mañana es tarde,
después es nunca,
ahora:
es un "jamás"
de cal y cemento.
Julia dijo…
Hermoso. Y muy triste, pero feliz porque el Indio pasó por mi vida y es un hito en mi familia. Saludos.