Hacía calor pero tenía frío

Buscaba la poesía como un perro busca no sé qué, y suponemos que lo hace porque hociquea el aire con el propósito en el ceño. Quedarnos cuando ya se retiró la visita sentados frente a la música que, elocuente, nos arroja alguna respuesta. Tenemos una mansión en sentimiento, un lujo, decimos, mirando para abajo y dentro de los ojos que chispean como ese planeta pronto a estallar. Es increíble el mundo que tenés dentro. Pero te descifro como desandando los laberintos del propósito cultural. El mundo no me pertenece sólo lo habito completa de ignorancia. Pinto mi aldea y defiendo el modelo aunque me sienta sola. Mi presidenta, pienso en ella, la extraño. Me gustaba verla dar pelea todas las semanas encadenada a su pueblo. Ahora la ausencia es una casa rosada. Lavo los trapitos en mi mansión y te escribo que sí, que enero sin mar es como  ver una película del lejano oeste y sentirla en carne viva. Todas ideas que tengo. Y el silencio supera la palabra. Flaming Lips y el vaquero tímido siguen siendo mi banda de sonido en las mañanas. A despertar, mi amor, que es verano y hace frío.

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